- Lava la sartén nueva con agua caliente y, con una esponja suave y una gota de detergente, retira de ambos lados de la sartén la capa de cera de abeja, que la protegía de la oxidación durante el almacenamiento.
- Seca bien la sartén. Asegúrate de elegir una placa que se ajuste al tamaño del fondo de la sartén.
- Enciende la placa a fuego medio y coloca la sartén sobre ella. Vierte aproximadamente 1 mm de aceite en la sartén y caliéntalo hasta que comience a humear. Durante el proceso de curado, gire la sartén para que el aceite cubra también los lados internos.
- Después de unos tres minutos, la superficie de la sartén empezará a oscurecerse, después de unos 10 minutos empezará a humear y el interior se volverá marrón (ver vídeo). El marrón es el color correcto para tu sartén. Nunca volverá a ser plateada.
- Deja enfriar la sartén y retira el exceso de aceite con una toalla de papel.
- El curado se puede realizar repetidamente. Si al principio parece que no ha sido suficiente, es posible repetir el proceso.
- La sartén se oscurece con cada uso. En pocas palabras, cuanto más se use y más oscura esté, mejores propiedades tendrá tu sartén de acero.
Primeros pasos con una sartén de acero
Las sartenes de acero son antiadherentes por naturaleza y te durarán toda la vida. Sin embargo, es necesario darles algunos cuidados iniciales para que realmente te sirvan bien.


- No lavar la sartén en lavavajillas. No dejarla remojando en agua.
- Lo ideal es no lavar la sartén en absoluto. Simplemente limpia la sartén con una servilleta con una gota de aceite.
- Si tienes que lavar la sartén, sécala inmediatamente con un paño, nunca dejes secarla al aire libre. A continuación, lo ideal es cubrirla con una fina capa de aceite para proteger la superficie.
- No utilices un calentamiento demasiado rápido : el booster en inducción o el nivel más alto en otras placas de cocción. Siempre use solo temperaturas medias.
- No sobrecaliente la sartén si está vacía..

Recuerda que los aceites vegetales con un punto de humo alto son los más adecuados para las sartenes de acero. Es decir, aceites que soporten las temperaturas más altas, como el aceite de colza o girasol.
Calienta la sartén lo suficiente antes de empezar a cocinar. Sólo así evitarás que los alimentos se peguen. Asegúrate de que el tamaño de la placa coincide con el tamaño del fondo de la sartén.
Prepara los alimentos a temperatura media. El fuego demasiado fuerte hace que los alimentos se peguen y, lo que es más importante, que se quemen.
No des la vuelta a los ingredientes demasiado pronto, pero dales tiempo suficiente para que formen una costra que se despegue de la superficie de la sartén.
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